45 años, la misma locura, la misma pasión.

“Yo te compro la moto, pero vas a venir a trabajar al taller…”, dijo mi abuelo Fermín.
Así empezó todo, 4 días después que en Esperanza (Sta. Fe), se corriera la primera carrera de motocross en mi provincia y que ganara Raúl Yozía.
El primer chasis de Tehuelche, el primer motor Sachs, los primeros “plásticos” (En realidad fibra de vidrio), dibujar cubiertas, noches de lima, mate, ilusiones.
No es una nota SOBRE MI PERSONA, si sobre mi pasión. 45 años de estar todos los días pensando en este deporte, mas o menos pero todos los días. Pasaron e hice cosas buenas, cosas malas, amores, desamores, vida y muerte. Pasó VIDA.
Lo iba a grabar a esto y seguramente sería mas largo pero desde que me acordé de mi abuelo sacando aquellos pesos moneda nacional para pagar las primeras cosas, tengo un nudo en la garganta.
Y no soy ejemplo de nada, quiero solamente transmitir que se puede. Que hay cosas que nunca nos van a abandonar ni se pueden explicar como lo es una PASIÓN.
Desde aquel momento con Rubén Rizzónico empujando ese engendro Sachs para que arranque en una calle de tierra alumbrada en las esquinas por focos de 250, ir con Daniel Coiániz al río, a la pista que me hicieron en un rancho de la costa, a viajar muchísimo y en Michigan sacarme la fotos que todos querían y nadie pudo con Roger de Coster y Antonio Cairoli juntando 14 títulos del mundo en una sola imagen… todo era y es tocar el cielo con las manos.
Y si se puede pero nadie regala nada, mas cuando no venís del lugar donde atiende Dios (y los empresarios), solamente saliste de un pueblo de calles de tierra. Un gordito morochito al que le decretaron la muerte profesional mil veces, pero acá estoy.
Dando gracias, a los que me decretaron muerto y a los que me dieron vida para seguir adelante porque TODOS de una forma u otra hicieron que no me rindiera, y no hay nada mas difícil que ganarle a alguien que no se rinde.
Pasó la vida, pasó motocross, pasaron 45 años, y nadie me creía!
Pero se puede, se pudo y se podrá, porque mi vida es una moto y así me voy a morir.
No serán 45 mas obviamente, pero si quiero que mis cenizas llenen el pozo de la pista que cada día me ve ir, pasar, sentarme, soñar, acelerar lo que pueda o me salga.
Las lágrimas se salen solas, es emoción. Soñar como mil veces lo hice, que alguna vez mi pueblo de fútbol, bochas y otros deportes me viera llegar con un trofeo…
Mil gracias a todos los que siguen creyendo cada día, con mi carácter, modos y formas que a veces no son las mejores, pero siguen creyendo que les doy lo mejor que puedo dar con la mayor honestidad profesional y humana.
Gracias por estos 45 años a mis hijos, a mi madre, a mi abuelo, a mi hermana, y a todos los pilotos de motocross de Argentina y el mundo que pasaron y pasarán por mi vida. TODOS!!! Del último al primero, del mas ganador al que nunca pisó un podio.
Es Motocross, sin importar el puesto, los años pasados, las carreras grandes o chiquitas.
La pasión, es la misma.
Pampero.
El motociclismo en general es eso. Es las vivencias que tenemos tanto arriba como alrededor de una moto. La pasión no se puede medir. Está ahí y punto. Capaz que hay gente que puede tener 3 KTM del año y disfruta menos que el que va con su moto china y un equipito usado que le prestó un amigo. No es sólo una cuestión de recursos. Es una cuestión de pasión , voluntad, ganas y la excelente gente que vas conociendo en el trayecto. Felicitaciones por tus primeros 45 años de pasión y gracias por compartirla con nosotros Pampero querido!